Hojas/crujido

on lunes, 10 de febrero de 2014

Duras penas, el amor, no es algo en lo que había pensado. Mientras camina por las calles, viendo entre las lunas de cristales a personas pasándolo de lo mejor, risas, cuentos, historias de una noche que paso, tal vez, algún amorillo o un encuentro con algún desconocido o desconocida, que se yo, se preguntaba. El calor era un poco sofocante, incómodo para seguir debajo de él, sentir en la piel que hierve, debo buscar un lugar para no terminar

Porque al pasar, todo es bulla, el ruido es incómodo, pareciera que fuera a reventar en mi oído, hasta el más leve soplido que hace el viento entre las hojas, esas que ya andan marchitas, tiradas en el suelo, perdieron ya su juventud, perdieron ya su vida, a nadie le importa, con un crujido termina su ciclo, son aquellas quienes olvidan o es que somos aquellos quienes nos olvidan

Fuente: escriboycuento.tumblr.com

L.F.P.

on jueves, 1 de agosto de 2013
Agarraba con un puñal de tierra, ordenaba las botellas y latas que utilizaría como señuelo para practicar. Su piel clara, pelo castaño, fríos ojos al momento de derribar cada objeto. Manchó su ropa con sudor y polvo, aquella tarde, soplaba un viento a favor de ella, consigo traía un estuche, dentro de el, un pañuelo blanco, con dibujo de flores e iniciales. Por momentos todo se calmaba, no había ruido, no existía sonido que perturbara, Pero antes, de fijar su objetivo, ya lleva estirada su mano, señalando con sus dedos, en forma de una ele echada, gira su cabeza, el aire hace que su cabello tape parte de su rostro, fija su mirada, inhala lentamente y ¡BOOM! dispara con toda rabia, ¡BOOM! vuelve a rematar, pero más alegre, ella ya sabe, por qué.

Fuente: escriboycuento.tumblr.com

Zapatilla Rota

on lunes, 14 de enero de 2013


Vaya, hoy me he despertado tarde, en fin, tengo que alistarme para ver que me prepara el día.
ahhhhhh pero que flojera, Creo que nunca sabré la forma de cómo debo de lavar mis dientes, bueno mejor voy a preparar mi desayuno. Pondré a hervir el agua, mientras verteré la leche en la taza y echare 2 cucharitas de azúcar.

Qué raro, desde cuando dude en que ropa ponerme, creo que antes ni cuenta me daba. Ya no uso medias blancas ni con marcas, para mí ya se ve feo eso, solo uso una que llaman tobilleras pero y eso, ya ni me las pongo, solo en verano cuando tengo que caminar, si no, no. De mi pantalón y polos no hay mucho que decir, solo que ya no uso jeans clásicos o sea los azules o celestes, ahora uso uno más oscuro. Mis polos no varían  solo busco que combine y ya. Mis zapatillas sí que la sufren, cuando me gusta una la uso hasta que se rompe la suela jajaj tal vez exagero, pero es así. Desde hace un tiempo lo he hecho, tenía varios pares para usar, pero luego como que me aburrió o le fui quitando importancia. Si ahora tengo dos zapatillas nuevas y ni aun me las pongo, sigo con mi antigua zapatilla rota.

Uy! ya es tarde, mejor ya me voy.
on miércoles, 17 de octubre de 2012

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Deudas Pagadas

on viernes, 6 de abril de 2012

Deudas pagadas

Si jugar con la vida no estuviera penado, creo que algunos armarían su tablero de ajedrez y cambiarían peones cada vez que pierden uno y apostarían lingotes de oro para así convencer a su adversario y dejarlo ganar, cada vez que le apetezca. Yo no sé, pero Martha siempre ha dicho eso, cada vez que conversamos sobre este tema. Si yo necesitara escapar de alguna deuda o deber. Me gustaría pensar que nada me preocuparía y andaría echado en mi mueble acompañado de mi perro lamiéndome la mano y viendo en las noticias que el mundo se destruye y eso a mi no me afecta.

Soy un hombre viejo, que solo vive de una pensión y el comercio que dejó mi padre. Ahora todo eso yo lo pasare a otros, pero ya no pienso en habitar ese lugar. Seria un desperdicio, ya que - ¿A quién le gustaría comer al aire libre con esa nube gris por encima de ti? - Recuerdo que de joven no me preocupaba como seria a esta edad, solo vivía trabajando y trabajando para que un día el puesto de comida de mí padre sea mió, y que los obreros cada vez que iban a su labor, resultara algo normal, como el humo en nuestra ciudad. Y así fue, ahora en día vemos como los dueños de esa empresa crean otras empresas fantasmas y así se prestan y niegan su deudor. El Estado tiene una responsabilidad aquí también, no solo basta echar un dedo y decir - “¡El fue!” – si yo pudiera o tendría algún cargo en el poder echaría a todos esos inversionistas extranjeros de mi ciudad, no mejor de mi país. Pero como somos tan incapaces de aprovechar lo que tenemos necesitamos de alguien que nos ayude primero y luego nos mande, no creo que tenga que ser así, pero seguiremos siendo obedientes a los mandatos.

Por eso nos venimos a esta nueva ciudad, tratando de acostumbrarnos y tratando de olvidarnos que en ese lugar, ya no se puede vivir más.

Al Otro Lado De La Puerta

on lunes, 12 de marzo de 2012

Es cierto que te encanta cuando toco tus mejillas y deslizo tres de mis cinco dedos hacia tu boca, es cuando siento tu respiración, se acelera, cierras tus ojos y los besas.

Cuando juegas con la punta de mis cabellos y lo enrollas en tus dedos. Acercas tu nariz y se choca con la mía, rozas suavemente con los labios.

Te recuestas en la pared, toco tu espalda, acaricias entre mi cuello y mejilla. Sigo en tu espalda, mientras te acercas, presionas mi mano, nuestros dedos se cruzan y bien sabemos, que de ahí no podemos, porque siempre estará ella, al otro lado de la puerta, esperando, en nuestra habitación.

El Dinero y Sus Esclavos

on lunes, 16 de enero de 2012

Luego que dejo a Rubén en su colegio, yo me voy hacia mi trabajo. No soy un hombre con riquezas, ni poseo tierras enormes como para regalar; más bien me vuelto ahorrador y cuidadoso en ese aspecto. Tengo un hijo a quien debo cuidar y brindarle lo necesario, para que él se forme como un hombre. A mi desde pequeño me enseñaron a valerme y enfocarme en cosas buenas, no quiere decir que no he sido travieso y que no hecho travesuras, esas son etapas y ahora estoy en la de ser un padre.

Camino hacia mi trabajo, ya que esta cerca del colegio de mi hijo; así también me ahorro el viaje. Siempre paso por las mismas calles desde hace 15 años, ensuciando mis zapatos y sudando mi camisa.
Mi labor no es tan grande como dirían, pero es el sustento que me alimenta y a lo que me acostumbrado. Mis manos se han rajado haciéndose callos en mis dedos y en la parte superior de mi muñeca. El color de mi piel ha cambiado por ese sol que sofocaba todos los días, en invierno el frió hacia que tiemble mi cuerpo y a veces recayera.

Los obreros como yo, seguimos a un amo, que si nos portamos mal o no hacemos su mandado, nos castiga sin nuestros alimentos, que bien sonaría así, pero eso involucraría a nuestras familias. Yo siempre me preguntado y han recomendado - ¿porqué no dejas tu trabajo y buscas una oportunidad ahí? – Como si fuera fácil, mandar todo al diablo y dirigirme a los dueños de esa empresa y decirles - ¿sabes que? - Aquí estoy y vine por el anuncio – No es tan simple. Un par de veces lo eh pensado, pero luego me desanimado. Ahora que lo veo, que hubiese pasado si me aceptaban y al rato venia esa orden de – ¡Paren las obras! No hemos cumplido con las normas y tendremos que cerrar la industria por un tiempo – No creo que hubiera sobrevivido a eso, hubiera estado en nada para luego arrepentirme, mejor no. Además no me gustaría ser parte de ese imperio de contaminación.